Iraia Arrúe fue la Mejor Juvenil del Torneo Apertura de la Liga Nacional

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Con la irreverencia y desparpajo propios de la adolescencia, Iraia Arrúe le imprimió peligro a los ataque del Deportivo Petare, flamante campeón del Torneo Apertura de la Liga Nacional de Fútbol Femenino (LNFF). La habitual extremo por la izquierda fue un dolor de cabeza con su velocidad para los rivales y fue elegida como la Mejor Juvenil del certamen de desarrollo.

A pesar de su juventud, Arrúe fue la encargada de ejecutar los balones detenidos en un equipo en el cual la táctica fija era una de sus virtudes. La atacante que ha estado en dos de los tres módulos de la Vinotinto sub-17 este año registró cinco asistencias –líder en su equipo– y dos goles. En la final ante Yaracuyanos, que culminó 0-0 en el tiempo reglamentario, no falló al momento de ejecutar su penal en la tanda decisiva.

“Estoy sorprendida y me da muchísima alegría, porque he trabajado bastante para llegar a donde llegamos. Me pone contenta ayudar al equipo”, aseguró muy emocionada sobre su reconocimiento con la Mejor Juvenil del Apertura de la LNFF. La extremo agregó: El trabajo ha sido la clave para estos logros. El cuerpo técnico me ha ayudado y yo he trabajado individualmente para cada día ser mejor”.

La palabra conformidad no existe en su diccionario. “Tengo muchísimo que aprender y me encanta esforzarme para mejorar cada día más”, soltó. Su idilio con las asistencias no es casualidad, es un placer. “Me gusta mucho hacer los pases de gol, me encanta el sentimiento cuando una compañera se te acerca y te agradece por la asistencia. Creo que he estado en el momento y el lugar correcto”, confesó Arrúe.

En cuanto a la final opinó: “Fue un partido bastante intenso, de mucho roce y donde el equipo lo dio todo. A pesar de ser superiores tuvimos que ir a penales, que fueron 15 o 20 minutos de puro nerviosismo, ansias y ganas, una montaña rusa de sentimientos”. La extremo confesó que estaba “nerviosa”, pero pudo cumplir con su deber.

“Cuando caminé al punto de penal pensaba hacia dónde era más conveniente cobrar el penalti o dónde la portera se lanzaría, le di muchas vueltas. Tenía una gran responsabilidad y estaba llena de nervios, pero gracias a Dios pude marcar”, cerró la veloz atacante, que durante el torneo hizo estragos al encarar por la raya y con sus ejecuciones de balones detenidos.